La importancia de la insulina en el deporte
La insulina es una hormona esencial para el cuerpo humano y que marca los procesos que nos pueden llevar a conseguir los objetivos que tanto deseamos. Hay que conocerla a fondo porque según cuidemos nuestra vida diaria y la sensibilidad que tengamos a al insulina, esta puede ayudarnos a mejorar la síntesis de proteína, generar más masa muscular y tener repletos las reservas de glucógeno muscular y hepático o puede almacenar la glucosa en tejido adiposo.
¿Cuando actúa la insulina y de qué modo lo hace?
Después de realizar una ingesta de alimentos, nuestro cuerpo los digiere en proteínas, carbohidratos y en forma de grasa. Los carbohidratos son descompuestos en glucosa y ésta entra en el torrente sanguíneo lista para ser utilizada como energía.
En la mayoría de casos, parte de esta glucosa no se utiliza inmediatamente y debe ser almacenada por las células del hígado, células del músculo y células grasas ya que de quedarse en el torrente sanguíneo puede producir toxinas. Es ahí cuando el páncreas empieza a segregar insulina para permitir que esa glucosa entre en nuetras células.
Aquí comienza la importancia de la sensibilidad o resistencia a la insulina (las células musculares y hepáticas están llenas y rechazan la insulina). Por lo tanto, necesitamos que nuestras células hepáticas y musculares sean lo más sensibles posible a la insulina para poder recibir el máximo de glucosa, ser almacenada y utilizada de la forma más eficiente.
Mucha gente piensa que la segregación de insulina es perjudicial para el organismo porque hace almacenar más grasa, lo que provoca que consuman muy pocos carbohidratos y no es necesariamente así, hay que tener un equilibrio que nos permita segregar la suficiente insulina para activarnos y proporcionarnos la energía que necesitamos y convertir las células hepáticas y musculares lo más sensible posible a la insulina.
¿Cuales son los beneficios al tener una buena sensibilidad a la insulina?
- Se utilizará de forma más eficaz la energía, utilizándose en menor medida las proteínas como reserva de combustible.
- Los niveles de energía aumentan, lo que provoca más ganas de realizar ejercicio.
- Mejorará la absorción de proteínas en el tejido muscular, lo que hará que el músculo hipertrofie.
- Se logrará un equilibrio donde los nutrientes se desvían principalmente a la masa muscular y el almacenamiento de glucógeno, mientras que perdemos o mantenemos los niveles de grasa más bajos.
El consumo de alimentos de bajo y alto índice glucémico resulta esencial para la la consecución de nuestros objetivos. Resulta aconsejable consumir durante el día carbohidratos de bajo índice glucémico que nos proporcione energía constante, todo dentro de unos límites para evitar su acumulación en grasa corporal como hemos explicado anteriormente. Sin embargo, ingerir alimentos o bebidas de alto índice glucémico en momentos en el que el cuerpo más sufre resulta esencial, por ejemplo, durante el ejercicio o justo al término del mismo donde se abre la ventana anabólica y el cuerpo mejor preparado para la absorción de nutritientes favoreciendo la síntesis proteica.
El estrés tiene un efecto muy negativo en la sensibilidad a la insulina y la forma en la que se reparten los nutrientes por lo que es aconsejable y necesario dormir lo suficiente, entrenar duro y no preocuparse de cosas que no se pueden controlar y que te hacen fatigarte o aumentar la presión arterial.